y así hay un montón de cosas...

Cuentan que él no sabía hablar, o al menos nunca había hablado con nadie.

Cuentan que aparecía en los momentos en que alguien deseaba que aparezca pero nunca se sabía cuando iba a aparecer.

Cuentan que mucha gente se fue enterando de los efectos de esa sonrisa y el pueblo se fue llenando de viajeros que pasaban sólo por una noche y sólo para desear.

Cuentan que una sonrisa de él sabía a 3 aspirinetas robadas del estante más alto de la alacena.

Cuentan que el pasto se volvió más verde y el cielo más azul. El sol iluminaba y calentaba a la par y los pájaros cantaban mejor que en otro lugar del mundo.

Cuentan que él les había sonreído.


Estuve en ese lugar.

Está decorado con la triste ilusión de lo que alguna vez fue.

Ya nadie se anima a sonreír. Ya nadie sabe cómo se sonríe.

El reflejo de haberse preocupado por sentir y no por provocar que la lluvia moje más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te invito a otro lugar... en este la gente se sonrie para saludar, con una sonrisa te dan el asiento del colectivo, con otra te invitan a un viernes de "pedo lindo", con otra te convidan papas fritas de tubo, y así con miles de sonrisas se va transformando tu panorama y se olvida esa triste ilusión, que decis?

...no le digas a nadie pero la lluvia moja siempre igual y sentir es parte de la naturaleza...

Hermenegilda dijo...

Estimado/a Anónimo,
es de público conocimiento que me conoce, no cualquiera me ofrecería un viernes así o unas papas de tubo...
Calculo conocerlo/a y haber compartido más de una sonrisa con usted de esas que nos transportan a otro lugar.
Sin más, cuando guste sonreímos y viajamos, ya sabe cómo y dónde encontrarme y de qué manera convencerme :)