A veces me equivoco cuando escucho tus ojos. Salteo párrafos, me paso de estación.
Entonces entiendo esas épocas de lentes oscuros en las que reinaba el silencio y advierto que esta bien, es una forma, pero no la que elijo. Es la que nos transforma en el soldado que escapa y la nena del delantal cuadrille. Y no, no la elijo.
Supongo que te aburriste de mirarme. Yo todavía voy por tu nariz.
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