Javier XVIII

Con esos ojos morochos me pasaba de todo.
Pero no había nada de pretérito y todo de imperfecto.

Javier XVII

Esa noche descubrí que tus ojos tenían eso que tiene el fuego y el mar.
Eso que provoca que pueda quedarme horas y horas mirándolos sin necesidad de decir una palabra.