Te comieron la lengua los ratones.-

Existían dos opciones.

La primera que yo haya cambiado mi dirección de email, mi número de celular, mi cuenta de Facebook, mi usurario de Twitter, el teléfono de casa y hasta su dirección.

La segunda que vos hayas perdido mi dirección de email, borrado mi número de celular, ya no seas mi amigo de Facebook, y hayas dejado de seguirme en Twitter, no recuerdes el teléfono de casa y menos su dirección.

La primera no pasó.

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