La ciudad triste.

Sabía que muchas peronas cumplen un ciclo en la vida de uno. Lo sabía y lo había vivido.
Era de noche, llovía y los truenos hacían retumbar el techo de chapa de mi cuarto. Desde la cama pensaba en eso de los ciclos y mi cuerpo se sentía en el medio del CCC bailando al compás de una docena de tambores.

La bomba del tiempo.

Quizás jugábamos con el tiempo para que explote la bomba.
Apagué la luz, porque la mente en la oscuridad está solo con ella.

Sabía que muchas personas cumplen un ciclo en la vida de uno, lo que no sabía era que una casa podía cumplir un ciclo.
No quería mas lágrimas de mamá. No quería que ese mar se lleve todas las sonrisas que alguna vez nos dio.
Pensar. Sentir. Y transformar al corazón en mente y a la mente en corazón.

Hoy, con lágrimas en los ojos, siento que hay una casa que cumplió un ciclo. Y pienso. Pienso, que es mejor así.