Javier VII

El pip pip pip piiip del microondas dio por terminado su batido.
(y todas las mañanas en las que se imaginó creando la espuma para sus cafés)




Javier VI

Esa mañana, un revuelto de corazón y la resaca mental, le confirmaron lo mucho que lo quería.

Esa tarde esperó su mensaje.

Esa noche el corazón abandonó la rotonda.