Cada tanto te imagino.
Me imagino.
Nos imagino.
Creo en esas historias.
Historias tan irrealmente reales.
Historias en las que te daba miedo que me gustara viajar,
y nunca entendiste que podíamos hacerlo juntos.
Historias en las que no entendías como tu sonrisa era de los dos,
pero podíamos dormir a carcajadas.
Historias que duraban una noche,
y nos desvelaban semanas.
Cada tanto te recuerdo.
Las recuerdo.
Nos recuerdo.
Cada tanto te extraño,
y me resulta extraño,
que después de tantas historias
seas para mi un extraño.
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