Un pirata y un lord francés.

-cualquier similitud con la realidad es pura consecuencia-


Esta es la historia de un pirata. De un lord francés. Y de un cuore.

Un cuore que conoció a uno.

A otro.

Y se enamoró.

Como se enamoran los pies del verano. Así.

Sencillo.

Tarde.


El pirata era un hombre impenetrable.
Corrección: el pirata para el mundo era un hombre impenetrable.

Un hombre con una mirada segura, hasta que alguien demostrara lo contrario.

Y el cuore lo demostró.

Y así termina esta historia. (Esta parte de la historia).

Y jamás encontrarán el fragmento así contado en la bitácora del complicado capitán.

Él es un hombre impenetrable.


El lord francés era otra cosa.

Me atrevería a decir lo contrario.

El lord francés era un hombre misterioso.
Temo que hasta a él mismo le intrigaban ciertas cosas de su vida.

Y el cuore que vagaba sin más altibajos que algunos cuentos de piratas, sintió una extraña sensación. Y se metió en el misterioso mundo del lord francés.

Y algunos dicen que sigue perdido allá adentro.

Otros aseguran que lo han visto emborracharse en un bar oculto de una ciudad perdida.

Y unos pocos señalan que el cuore se ha tomado unas merecidas vacaciones después de descubrir con veracidad ínfimos misterios del lord.


Yo no puedo contarles donde está hoy.

Pero está.

Y les aseguro: es un cuore aventurero.



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