El chklc de un semáforo

Repite ese camino todos los días. Para un lado y a la inversa. Sabe cuál es la baldosa de cada vereda que está floja y observa como lentamente avanza la obra de la calle Del Carril.

Saluda al de las golosinas con una sonrisa y ve como el ferretero levanta y baja esa pesada persiana de los años 50 tomando mate (con la pava, no con termo).

Conoce el ritmo de los semáforos y las cortinas desparejas de cada una de las ventanas de esos pintorescos edificios a los que poco les queda de vida y en los que se refleja una vida entera.

Repite ese camino todos los días pero hoy esa esquina no olía a café y encarcelaba un recuerdo que a la cuadra se transformaba, otra vez, en deseo.

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