Una lagrima sin sentido.-

Cerró los ojos y empezó a creer en todas esas cosas que alguien le había dicho alguna vez.
Recordaba cada brillo en la mirada de unos y otros.
Abrió los ojos y con una lágrima recorriendo su mejilla se dio cuenta que su mente había sido usurpada por  la única frase que contradecía al resto. ¿Y si era esa la única que recorría el camino de la verdad?
Cerró los ojos. Tantas voces no podían estar equivocadas: esa lágrima no tenía sentido.

No hay comentarios: